Los retos de la ingeniería sísmica
El Dr. Luis Esteva Maraboto, reconocido internacionalmente por sus grandes aportaciones a los criterios de diseño sísmico, fue el invitado especial de la transmisión del IINGEN Live “Los retos de la ingeniería sísmica en México”, donde explicó que el ser ingeniero es un gran privilegio, pero que a su vez es una gran responsabilidad con la sociedad.
 
Todos sus años de experiencia en el ámbito de la ingeniería sísmica le han dejado grandes aprendizajes que se vieron reflejados en los consejos que dió para las nuevas generaciones de ingenieros que desean incursionar en los estudios estructurales, de confiabilidad sísmica y resiliencia en un país como México, un territorio de alta actividad sísmica.
 
El también Investigador Emérito del Instituto de Ingeniería contó brevemente su experiencia durante el sismo del 57, cuando se cayó el Ángel de la Independencia en la capital mexicana. Recordó que fue por esas épocas en las que comenzó su carrera en la ingeniería sísmica, gracias a una designación que tuvo por parte del Dr. Emilio Rosenblueth.
 
A partir de ese temblor, explicó el Dr. Esteva, se comenzaron los estudios del peligro y daño sísmico en México, y se formularon unas normas de emergencia, a pesar de no haber sido un fenómeno que causó grandes estragos en la sociedad en comparación con sismos posteriores. “Con la información que teníamos en ese entonces se crearon los primeros criterios de diseño sísmico que estuvieron vigentes hasta 1974”, rememoró.
 
En ese mismo año estuvieron listas las primeras normas formales en la Ciudad de México, sin embargo, la experiencia que tenían frente a los sismos no fue suficiente ante un temblor como el de 1985. “La primera experiencia realmente importante que tuvimos los ingenieros sobre el riesgo al que estamos expuestos fue la del 85, donde se extendieron todas las perspectivas”.
 
Por otro lado, el Doctor Honoris Causa por la UNAM, reconoció que las normas que existen en la Ciudad de México y en el país están al nivel de lo mejor que hay en el mundo, pero que no necesariamente se cumplen, “una cosa son las normas y otra cosa es cómo se aplican, hay que hacer un gran esfuerzo para concientizar a los profesionales de cumplir con la normativa”, alentó.
 
De igual forma, alertó que México es uno de los países que tienen mayor amenaza sísmica debido a su ubicación geográfica, lo que obliga a los ingenieros a ser responsables y conscientes de su labor. “Hemos sabido afrontar las circunstancias que nos presenta el suelo de la Ciudad de México, y la ingeniería sísmica de nuestro país ha tenido que sortear estos retos de forma independiente a lo que presenta el panorama mundial”.
 
También habló acerca de la importancia de llevar a cabo monitoreos estructurales en las construcciones capitalinas, ya que aunque un edificio haya resistido un sismo, no significa que esté en óptimas condiciones. Por tal motivo, señaló que un reto importante de la estructura sísmica es reconocer el riesgo y la salud estructural con herramientas técnicas para identificar el daño acumulado y evitar desastres.
 
Una reflexión que compartió el experto fue que los académicos tienen que esforzarse y asegurarse de que están formando a la mejor gente posible. “Como ingenieros nunca se acaba nuestro aprendizaje, siempre tenemos que seguir aprendiendo”, y recomendó a los alumnos a entender los fenómenos de la naturaleza y no aplicar los programas computacionales sin antes haber comprendido el funcionamiento de los conceptos fundamentales.
 
 
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