​​​​​​​Ricardo del Real: Nacer atrapado En un cuerpo que no te corresponde 


Ricardo del Real, como Mónica del Real, en la década de los noventa fue la primera mujer que ganó medalla de oro en la historia del deporte mexicano femenil en una copa del mundo. En los juegos olímpicos de Sídney quedó en noveno lugar, estuvo en cinco campeonatos del mundo, de los cuales, ganó tres medallas de bronce; en dos copas del mundo donde ganó dos medallas: una de bronce y una de oro; estuvo en cuatro campeonatos panamericanos y ganó cuatro medallas, tres de oro y una de bronce; estuvo en dos juegos panamericanos, ganó una medalla de oro; en juegos centroamericanos ganó oro; y medalla de plata en los juegos mundiales que son como los juegos olímpicos de esos deportes que no son olímpicos oficiales. Además, es Premio Nacional del Deporte en el 97.

Con el fin de eliminar la discriminación hacia la diversidad sexual y para fomentar la inclusión en todos sentidos, la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM invitó, en el mes de junio, a las dependencias universitarias a participar organizando diversas actividades que promuevan la eliminación de la violencia contra cualquier persona. En el Instituto de Ingeniería se llevaron a cabo conferencias, pláticas y cine debates. Una de las películas proyectadas fue The Swimmer, donde se presenta el problema que sufren muchos de los atletas de alto rendimiento; por un lado, está la discriminación homofóbica, por el otro, el abuso por parte de algunos de los entrenadores. En esta ocasión, la Comisión de Igualdad de Género del IIUNAM invitó como comentarista a Ricardo del Real, antes Mónica del Real, atleta Olímpico de Taekwondo que obtuvo numerosas medallas gracias a su esfuerzo y dedicación. He aquí su historia.
Me da gusto concederte esta entrevista porque quiero que la gente que la lea entienda que las personas trans tomamos esta decisión no porque está de moda o por un capricho. En realidad, naces atrapado en un cuerpo que no te corresponde, tienes que pasar por tantas cosas para llegar a ser tú y vivir como te identificas, como te sientes -con estas palabras inicia nuestra conversación con Ricardo del Real, antes, Mónica del Real-
Hay que entender que ser una persona trans es una condición que no se elige, en mi caso -comenta Ricardo-, desde que tenía cuatro años, cuando nació mi hermano Antonio, me di cuenta de que algo estaba diferente en mí y pensaba mañana cuando amanezca ahora si voy a ser como él, llegué a pedírselo a Los reyes Magos, al niño Dios y eso nunca pasó.
Durante mi infancia siempre me gustó subirme a los árboles, hacer cosas de niños, los juegos de té y las muñecas me parecía de lo más aburrido, incluso llegué a decirle a mi papá cuando sea grande voy a tener novia y él me decía no, no, tú vas a tener novio, eso me parecía de lo más absurdo. Años más tarde, cuando mi papá me decía te vas a convertir en una señorita; me daba una puñalada muy fuerte hacía dentro.
Vivíamos en Aguascalientes -yo tenía nueve años- cuando un día llegó un vecino a mi casa y dijo que se iba a meter al karate y yo dije yo también quiero, inmediatamente mi mamá me dijo eso es para niños, tu búscate algo para niñas. Pensé meterme a la casa de la cultura a estudiar violín porque me gusta la música, pero en el camino estaba primero la escuela de karate, se bajaron mi papá y mi hermano, mi mamá no quería que me bajara, pero yo quería conocer la escuela que resultó ser de taekwondo, me bajé y pregunté si también aceptaban niñas, me dijeron que sí, entonces mi papá me inscribió, fue un escape muy liberador y resultó que tenía yo una habilidad asombrosa​.

Los movimientos en los combates me hacían sentir importante, me gustaba esforzarme, eso a la postre me llevó a ser parte de una selección nacional y empecé a ser el orgullo de la familia después de que no me bajaban de marimacha.
Yo, al igual que la mayoría de las personas, no sabía que existía el tema trans. Cuando me veía en el espejo de pronto me pintaba barba y decía me vería bien con barba, pero tengo pecho cadera, ay no qué horror era una tristeza muy profunda, difícil de explicar.
Transgénero es la persona como yo que a los cuatro años me sentía diferente, me gustaba verme diferente, siempre quise parecerme a mi papá, que me saliera barba. Al modificar mi cuerpo me convertí en transexual.
Antes de hacer la transición yo había tenido relación con mujeres. La primera vez que le comenté a mis papás que estaba con una chica fue muy fuerte, porque el cascarón que veían era una mujer que estaba con otra mujer, era como si fuéramos lesbianas, la verdad yo jamás me he sentido así, para mí era una disforia de género tremenda, ver mi cuerpo y pensar no es posible, es que no soy yo, y aunque en la casa mi pareja me hablaba de él, cuando salíamos tenía que llamarme Mónica. En ese entonces hubo un distanciamiento con mi familia porque no lo podían comprender.
​Pasó el tiempo y poco a poco fueron aceptando más esta situación. Un día vi un video de Balian Buschbaum, es un alemán que también estuvo en los juegos olímpicos de Sidney 2000, él al igual que yo, en esa ocasión estaba con el género anterior, cuando lo vi dije wow, se ve increíblemente bien. Pensé, él vive en Alemania, no sé si en México se pueda hacer este cambio. Me armé de valor, empecé a buscar información de grupos de personas trans, di con la Clínica Condesa especializada, entre otras cosas, en personas trans. En la primera reunión me preguntaron ¿cómo quieres que te nombremos?, ahí les dije muy quedito como con mucho miedo: Ricardo. Fue la primera vez que me nombraron por mi nombre como me siento y como me identifico.
En el caso de los hombres trans el remplazo es a base de testosterona que te va recetando el endocrinólogo poco a poco, te hacen estudios de sangre, te revisan los niveles de todo. Tienes un equipo médico multidisciplinario: integrado por un psicólogo, sexólogo, endocrinólogo, ginecólogo, cirujano, que te van a ir guiando. Cuando empecé con el tratamiento le pedí a mi grupo más cercano de amigos, que eran los del taekwondo, que me llamaran Ricardo, que cuando se refieran a mí lo hicieran de él. Al principio me tiraron de a loco, pero cuando les dije necesito que me ayuden, hicieron su mejor esfuerzo, aunque les costó un poco de trabajo.
Cuando se referían a mí como Ricardo yo me iba sintiendo muy bien y decía si va conmigo, poco a poco empecé a abrirlo más y más. Un día el psicólogo me dijo ya estás listo, ya puedes empezar con tu reemplazo. Fui a San Luis Potosí a buscar a mi familia, a quienes ya les había enviado un mail comentándoles sobre mi decisión y sobre lo emocionado que estaba porque iba a cambiar mi aspecto. Lógico, estaban en shock. En realidad, ellos tenían dos miedos principales: el tema de saber si estaba yo preparado psicológicamente para enfrentar una sociedad desinformada y si era médicamente seguro.
Mis hermanos reaccionaron en general bien, me preguntaron qué iba a pasar con Mónica, sentían como si la hubiera matado, les dije: Mónica va a estar en nuestros corazones, ella siempre va a vivir, pero de otra manera, ahora soy Ricardo.

Elegí Ricardo porque es un nombre fuerte, con historia, poderoso, me gustan sus diminutivos, como se escucha en otros idiomas, a parte es un nombre con mucha historia y con mucha personalidad.​

Algo también importante fue arreglar mis documentos para hacer legal mi nueva identidad: acta de nacimiento, CURP, pasaporte, INE, licencia y la SEP (que es un dolor de cabeza), ya que tienes que regularizar tus papeles de la primaria, secundaria, preparatoria, etc. Lo primero que tuve que hacer fue una solicitud de acta de nacimiento, presenté mi acta de nacimiento actual y pedí que cambiaran mi nombre en estos documentos. Para lograr estos trámites tienes que luchar con los prejuicios de las personas que están en el escritorio. Desafortunadamente, el cambio de género no está legalizado en todo el país, un ejemplo es Aguascalientes donde, con ayuda de la comunidad LGBTTT+, tuve que demandar al registro civil y hacerlo público en el canal once con Javier Solorzano, la sentencia salió a mi favor. No soy una persona que traiga los guantes puestos, más bien mi intención es que se respeten mis derechos.
Recientemente, obtuve mi título en Ciencias de la Comunicación en la Universidad del Valle de México, con mi nueva identidad.
En cada episodio de mi vida he tenido que enfrentar problemas diferentes, por ejemplo, para mí una autoridad importantísima son mis padres, decirles de la manera más sutil, explicarles mi decisión fue muy difícil. Enfrentar que uno de los presidentes del Comité Olímpico Mexicano (COM) me dijera que como ya no estaba Mónica yo quedaba fuera del COM. Tuve que demandarlo porque no iba a permitir que no tomaran en cuenta todos los litros de sudor, el esfuerzo, la preparación que implica ser un atleta que representa a su país; gané la demanda y a partir de 2001 a la fecha soy miembro del Comité Olímpico Mexicano. En realidad, siempre que alguien me llama como Moni, nunca le respondo con los guantes arriba, siempre trato de explicarles de la mejor manera que decidí ser Ricardo y la gente lo acepta. Incluso, en los medios de comunicación pasa lo mismo. Para mí fue muy satisfactorio que Televisa me invitara a ser uno de los comentaristas especialistas en los Juegos Olímpicos de Tokio y para los Juegos Panamericanos de Lima en 2019.
Actualmente, si quisiera competir tendría que hacerlo en la categoría varonil y empezar de nuevo, luchando y esforzándome si es que quiero ser nuevamente seleccionado nacional o conformarme con simplemente practicar taekwondo. La competencia es otra cosa, es decir, las personas tienen que competir como se asumen
Lo que más me apasiona es apoyar el tema general del deporte, me gusta mucho la gestoría y la comunicación; también la actuación, participé en la película La venganza de las Juanas, donde interpreto a un hombre trans. Como miembro del Consejo Directivo de la Asociación de Olímpicos me interesa compartir los valores olímpicos a la sociedad e invitar a toda la comunidad olímpica que se sume a ser inclusivos​.
Todos estos retos los he podido enfrentar gracias a los valores que me dieron mis padres, gracias a ellos soy una persona sumamente desafiante que se esfuerza por salir avante en cualquier proyecto. Mis padres están muy orgullosos de mis logros.
Me defino como una persona con determinación responsable, apasionado a lo que hago con muchos planes. Estoy a unos meses de casarme, muy contento con mi chica. Llevamos tres años juntos, nos conocimos en la universidad y queremos formar una familia. Estamos muy emocionados y conscientes de que necesitamos más trabajo para poder mantener una familia. Creemos en la pareja, creemos en el amor, creemos en que los humanos no venimos a estar solos; estamos convencidos y claro que vamos por eso. Mis papás están muy contentos porque soy el único que faltaba de casarse. 
Hay que dejar el miedo y alzar la mano. Vida solamente hay una y hay que vivirla intensament