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Cada mes, hay un promedio de 30 o 40 millones de ataques cibernéticos en el mundo con incidentes mayores, principalmente dirigidos a agencias gubernamentales, oficinas de defensa y compañías de alta tecnología. “Estas empresas tuvieron pérdidas por más de un millón de dólares", informó el Mtro. Cuauhtémoc Vélez Martínez en la conferencia “Ciberguerra: la nueva amenaza global", el 31 de enero de 2019 en el Salón de Seminarios Emilio Rosenblueth del Instituto de Ingeniería.

 

La presentación estuvo a cargo del Mtro. Cuauhtémoc Vélez Martínez, en compañía del Mtro. Rodolfo Dragonné de la Parra y el Ing. Mauricio Velázquez Álvarez, quienes hablaron acerca de los actores involucrados en la ciberguerra, los ciberdelincuentes más comunes en este proceso informático, algunas de las empresas, gobiernos y grupos comerciales afectados y cuál es la intención real de la ciberguerra.

 

La ciberguerra está determinada en un campo informático, sin embargo, se cree que más adelante causará impactos directos en la sociedad, tal como muertes masivas. Este tema es relativamente nuevo, pues a partir del 2007 se comenzó a usar este término. “Hasta ese momento, los gobiernos no habían ocupado este concepto, sí se habían presentado ataques como cibercrimen, ciberdelincuencia o ciberterrorismo, pero no se hablaba de una ciberguerra como tal", indicó el maestro Vélez.

 

Interrumpir, denegar o degradar los servicios de información son los principales objetivos de la ciberguerra, además de extraer, destruir o modificar información a partir de los sistemas de hackeo más avanzados. “La ciberguerra es un proceso dinámico cada vez más letal. Hay que tomar más en serio la ciberseguridad", señaló el experto en seguridad informática.

 

Las ventajas para los hackers en el terreno de la ciberguerra son diversas, en primer lugar, es que funciona como el camuflaje perfecto, pues no se sabe de quién ni de dónde proviene el ataque. También, es un mecanismo sencillo de efectuar y muy económico, además de ser mucho menos violento que una guerra física y existir una menor destrucción de la infraestructura, aunado a esto, todavía no existen las regulaciones internacionales suficientes para detener este fenómeno informático.

 

Los antecedentes de la ciberguerra van desde 1999 en la Guerra de Kosovo, de ahí a 2003 cuando se dio un conflicto entre Taiwán y China, y luego, en 2006 se presentó una intervención fallida hacia la NASA. Después, en 2010, se conoció el caso de Stuxnet, un malware que afectó físicamente las instalaciones a las que fue dirigida, y esto modificó el concepto de ciber-arma. En los años siguientes, también aparecieron dos virus letales, “Duqu" y “Flame". Y posteriormente, en 2016, los rusos robaron grandes cantidades de información a los estadounidenses, previo a las elecciones presidenciales.

 

“Actualmente las empresas gastan más en café que en seguridad informática", concluyó el Mtro. Vélez, “y cada vez hay una sofisticación en los mecanismos de hacker, por lo que se tiene que actualizar constantemente el software de bloqueo, sin embargo, el respaldo de información va a ayudar a minimizar el impacto que puede tener un ataque" explicó. ​