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Cada año, la Academia Mexicana de Ciencias promueve y facilita estancias para la investigación científica durante el verano. Los estudiantes seleccionados tienen la oportunidad de desarrollar sus conocimientos en los centros e instituciones con más prestigio del país.

Este año, el Centro Mexicano de Innovación en Energía Océano y el Instituto de Ingeniería de la UNAM, presentaron los resultados del programa Relación del océano con el bioclima, ciudad y edificios, el 3 de agosto en el Salón de Seminarios Emilio Rosenblueth.

Estudiantes de licenciatura y posgrado participaron en el Verano de Investigación Científica en el IIUNAM bajo la tutela del Dr. David Morillón Gálvez. El enfoque de este año fue la construcción sustentable en regiones secas, por lo que los participantes son en su mayoría estudiantes y arquitectos del norte del país.

El primer trabajo fue un Prototipo de chimenea solar montable para edificios en zonas costeras, a cargo de Carlos Edgardo Rivera Terrazas, de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). Su diseño toma las bases de la climatización natural para la elaboración de una chimenea sustentable.

Con respecto a la problemática con la que se enfrentó, el estudiante de posgrado señaló que “(las construcciones) no se diseñan con base en las necesidades humanas o el ambiente, sino se hace para obtener una ganancia económica y eso afecta a los usuarios”.

La metodología que usó incluye: Información climática, estudio del bioclima y propuesta de estrategia, propuesta del diseño conceptual, evaluación del prototipo. Su caso de estudio fue Topolobampo, ciudad costera al noroeste del estado de Sinaloa, cuyo clima es extremo seco.                                                       

Entre las cualidades de su trabajo, destacan su diseño conceptual de chimenea solar. “Se pueden usar distintos materiales con los que se pueda hacer un acristalamiento, se sugiere plástico en vez de cristal para aminorar los costos de algo tan caro como un cristal”, explicó Rivera Terrazas.

La chimenea es de forma circular y cuenta con una tapa fija, pero no unida, para que se pueda liberar aire caliente. Funciona aun sin los efectos de la radiación en la noche.

El segundo ponente fue Jorge Armando Espinoza Santos, arquitecto de la UAS, quien presentó Estrategias base para el aprovechamiento de la brisa marina en la arquitectura bioclimática, charla en la cual trató la importancia de aprovechar el viento en las construcciones.

El material que propuso para su Torre de viento fue fibra de vidrio, debido a su ligereza y su capacidad para modelar. “Son múltiples los beneficios de instalar una torre de viento en lugares de clima seco, además de reforzar el diseño arquitectónico”, comentó el estudiante.

Miguel Ángel López Flores, del Instituto Tecnológico de Nayarit expuso Materiales sustentables como estrategia para edificios confortables en la costa, donde habló sobre los materiales usados para la construcción en lugares con clima cálido húmedo en la zona del pacífico.

El estudiante resaltó que nacionalmente se recolectan más de 100 millones de kilos de desechos sólidos. Con el objetivo de aprovechar esos recursos, propuso diseñar un material sustentable a base de residuos sólidos que sirva como envolvente de un edificio.

Su propuesta de solución como refugio y entorno envolvente de construcciones fue un lodo residual. “Es una sustancia que se puede poner en moldes y tomar la forma que se requiera”, argumentó. El siguiente paso de su proyecto es estudiar el comportamiento térmico de la vivienda y su impacto energético, ambiental y económico.

Entre sus beneficios destacan los factores de sustentabilidad. Sin embargo, “hay que investigar sobre durabilidad del producto, ya que el lodo, al estar formado de residuos orgánicos, tiende a degradarse en poco tiempo”, reconoció.

El último participante fue Luis Javier Martínez Álvarez, estudiante de arquitectura de la UAS, y su presentación fue Panel modular sustentable para la habitualidad térmica de edificios, en el cual diseña una estructura para permitir la salida de calor de un hogar, que además, sirve como deterrente para los rayos del sol.

En su investigación, el alumno encontró que ya hay un modelo similar al suyo llamado The zero electricity air-cooler panel. La diferencia entre los dos componentes, radica en que el diseño del existente es hecho a base de botellas recicladas y el nuevo es una estructura transportable que aprovecha también la luz y el viento.

Su panel es viable para zonas con calor en la mayor parte del día. Aprovecha la ventilación y sugiere ideas arquitectónicas modernas, ya que la mayoría de viviendas en México son de interés social.

Para concluir las conferencias, el Dr. Morillón resaltó que, mientras en las maestrías se trabaja durante dos años o más en un tema, los participantes del Verano de Investigación Científica lo hicieron en seis semanal.