​​​La Expedición SarGo de la UNAM investiga el nuevo mar de los sargazos ​

 

En 2018 arribaron a las costas de Quintana Roo 22 millones de metros cuadrados de sargazo. Por ese motivo, científicos de la UNAM, del Real Instituto Holandés de Investigación del Mar y especialistas del CEMIE-Océano, crearon la expedición SarGo, que tiene como misión estudiar la morfología y taxonomía de la macroalga y determinar las condiciones en las que se desarrolla, para más adelante, darle un aprovechamiento comercial.

En la conferencia “Expedición SarGo, explorando el nuevo mar de los sargazos" del 26 de agosto en el Salón de Seminarios Emilio Rosenblueth, los investigadores del IIUNAM se conectaron vía streaming con los participantes del proyecto SarGo de la sede de Sisal del Instituto de Ingeniería en Yucatán, y desde Puerto Morelos, el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML), para discutir los descubrimientos realizados en el crucero oceanográfico.

La Expedición SarGo tiene el objetivo estudiar los parches del sargazo donde se acumula esta macroalga y cuenta con un equipo de trabajo multidisciplinario que toma muestras de agua para determinar las condiciones de temperatura y salinidad en las que se desarrolla.

Dentro de la Expedición SarGo viajó Izchel Gómez, bióloga y estudiante de doctorado en el IIUNAM en manejo de costas, y de acuerdo a su experiencia, indicó que los grandes arribazones de sargazo son un problema a nivel mundial que se están generando por factores multifacéticos, uno de ellos son las grandes cantidades de nutrientes que se expanden desde Brasil a través del Amazonas y se descargan en el Atlántico.

“Otra posible causa es la teoría del polvo del Sahara que nutre el mar en la parte del Atlántico y hace que se prolifere la acumulación", señaló la Mtra. Izchel Gómez, “pero también es importante recalcar que podría estar aumentando por el cambio climático, los cambios en las corrientes oceánicas y de los vientos".  

La recolección del sargazo tiene que efectuarse antes de que llegue a las playas, ya que al tocar tierra comienza su proceso de descomposición, lo que ocasiona una plasta de color café-verduzca que al pasar de los días despide un olor desagradable que afecta a las playas del Caribe Mexicano. En consecuencia, tiene un impacto inmediato en la economía, turismo y en el propio ecosistema, como en 2018 cuando murió el 50% del coral vivo en Puerto Morelos, Quintana Roo.

​El investigador Rodolfo Silva, del Instituto de Ingeniería, explicó que los estudios del buque están a cargo de físicos, biólogos, ingenieros, entre otros profesionales interesados en este tema, y dijo que se necesitaron varias muestras para estudiar el alga, ya que hubo muchas variaciones en los resultados. “Las S. fluitans y S. natans, son las especies que dominan los océanos y se utilizó una red de arrastre para obtener diversas muestras y poder hacer la clasificación del alga", comentó.

El aprovechamiento que se le podría dar al sargazo es muy diverso, desde construir casas, macetas, artesanías, o como filtro para el tratamiento de aguas residuales, entre muchos otros artículos. El reto que tiene la comunidad que vive cerca de ese recurso es otorgarle un valor económico, respaldado por un alto porcentaje de seguridad comercial para que los empresarios puedan invertir en esa industrial. Incluso algunos pobladores han pensado en cultivar esta alga para que su negocio tenga mayor viabilidad.