​PAUTA​​  Programa Adopte Un Ta​lento​

El pasado 21 de febrero se presentaron en el Instituto de In­geniería Jorge Hirsch, fundador del programa PAUTA y Lilia­na del Valle Chauvet, coordinadora pedagógica del programa para invitar al personal académico del IIUNAM a participar en el desarrollo de habilidades para la ciencia en niños y jóvenes a través de talleres, retos y actividades lúdicas. La idea es que niños, niñas y jóvenes se acerquen a la ciencia de una manera distinta y con el apoyo de un mentor sean capaces de enfren­tar y solucionar los problemas que nos aquejan como: el cam­bio climático, la pérdida de la biodiversidad, la contaminación atmosférica y las enfermedades entre muchos otros. Es decir, guiarlos en la observación y el análisis crítico de lo que pasa a nuestro alrededor para plantear soluciones.

PAUTA nació en el Instituto de Ciencias Nucleares, apoya­do por la Dirección General de la Divulgación de la Ciencia y el Instituto de Biotecnología, dependencias de la UNAM, y ha ido creciendo; en este momento hay una fuerte asociación con la Universidad Autónoma Metropolitana en Cuajimalpa, con el Instituto de Geofísica en la UNAM, con la Universidad Michoa­cana, en Chiapas trabajamos con Ecosur. También están asocia­dos a organizaciones privadas como la Fundación Canales de Ayuda y Plaza Sésamo.

Tenemos alrededor de cuatrocientos mentores –comenta Jorge Hirsch– y puedo decir que la comunidad académica es muy generosa, a pesar de su enorme carga de trabajo se dan el tiempo para atender a una niña o niño que realmente tiene amor por la ciencia. Los participantes del programa van de cinco a dieciocho años. A veces ya tienen una pregunta específica y nosotros buscamos acercarlos a alguien que les ayude a resolver el reto, como el niño que hizo bioplástico a base del olote, pero también tenemos otro camino, o sea les proponemos temas am­plios para que ellos elijan dentro de nuestros mentores.

La relación con el mentor es de cuatro meses, con cuatro horas por mes, inicia en febrero y termina en junio. La idea es que en estos cuatro meses planteen el proyecto, lo desarrollen y lo cierren. El proyecto se presenta en la Feria de las ciencias a través de un cartel que el niño, la niña o el joven tendrá que ex­plicar. Concluido este tiempo el mentor y el estudiante pueden seguir trabajando si así lo desean.

Para poder ingresar a PAUTA se requiere que el estudiante tenga el deseo de hacer una actividad de este tipo y además que un adulto se comprometa a llevarlo y a recogerlo los días que el mentor determine, esto digamos que es como los pu­mitas de la ciencia, después, habrá algunos que nunca fueron capaces de meter un gol y habrá otro que logre jugar en pri­mera división, pero da lo mismo porque todos vivieron y se enriquecieron con esta experiencia.

La comunidad de ingenieros puede colaborar con noso­tros de muchas maneras: una es siendo mentores no sólo de la vida académica, también de la vida profesional, me refiero a las empresas de ingeniería. El IIUNAM seguramente tiene relación con organismos públicos y privados, empresas que quisieran unirse y participar con el financiamiento del progra­ma. Todos los donativos son deducibles de impuestos. Además, tenemos una asociación civil que nos permite complementar cuando hay organizaciones que prefieren dar donativos a una asociación.

PAUTA quiere involucrar a la sociedad en general, es decir, a la comunidad académica, la iniciativa privada, los padres, los niños, las escuelas, todo este espacio para ayudar a continuar tejiendo esta red de futuros ciudadanos comprometidos con un mundo mejor.​